¿Comer Gourmet es Sano?

 

por ®Salud Ancestral

 

Algunas personas creen que comer gourmet es sinónimo de comer saludable. Pero esto es solo cierto parcialmente, o más bien depende de lo que entendamos por comida gourmet.

Si por comida gourmet entendemos productos de la más alta calidad, orgánicos, producidos artesanalmente de manera responsable y nutritivos, entonces ciertamente sí lo es.

Sin embargo, la definición de gourmet suele ser mucho más amplia. A veces denomina a productos alimenticios costosos o algo escasos, pero no necesariamente orgánicos, producidos artesanalmente, ni nutricionalmente adecuados para el ser humano.

Lo gourmet suele ser considerado una exquisitez gastronómica, algo exclusivo, y con frecuencia de mayor precio que la comida convencional. Es por tanto una especie de lujo, algo apreciado por las minorías o bien algo que no se come todos los días.

La comida gourmet es un deleite para el paladar y los sentidos, comida para tomarse su tiempo y disfrutarla al máximo. En este sentido puede ser muy saludable, debido a que se come despacio, se saborea bien y se suele estar en buena disposición y relajado para disfrutar de ella, lo cual favorece mucho la digestión por supuesto. En tiempos tan acelerados como los modernos, no es algo de poca importancia tomarse un tiempo para uno mismo, para disfrutar en completa calma del placer de comer.

Estos alimentos pueden encontrarse frecuentemente en la base de dietas de poblaciones saludables y longevas como la mediterránea, o ciertas tribus del Himalaya, los montes caucásicos o el Sur de Asia.

Algunos alimentos catalogados como gourmet bastante saludables son por ejemplo el aceite de oliva, el aceite de coco, la sal rosada del Himalaya, el vino tinto, las bayas de goyi, las aceitunas, el chocolate negro, el vinagre balsámico y algunos tipos de nueces como por ejemplo las nueces pecan o los pistachos.

Cada uno de ellos tiene propiedades importantes para la salud, que los diferencian de otros más extendidos como por ejemplo los aceites industriales de soya, canola, girasol etc., la sal industrial de mesa, el chocolate convencional de leche, el vinagre blanco, el maní, etc. Así pues, no son solo exquisiteces de la cocina sino a la vez alimentos con propiedades nutricionales únicas.

Por supuesto hay variedades y calidades de algunos de estos alimentos gourmet, por ejemplo los vinos y chocolates. Por tanto resulta conveniente informarnos previamente sobre el origen y la calidad de ellos.

Algunos endulzantes como la miel orgánica, la miel de yacón o de agave, o el azúcar de coco pueden ser considerados gourmet, toda vez que son productos artesanales, ancestrales, con destacadas propiedades nutricionales y exquisito sabor. La miel puede ser considerada de hecho un alimento completo en sí, y no solo un endulzante, repleto de enzimas, vitaminas y minerales.

También hay otros alimentos gourmet que podríamos decir que tienen algo de saludable, si se consumen en cantidades moderadas, como el pan alemán o el pan artesanal hecho con masa madre, las cervezas artesanales y algunos tipos de quesos lácteos crudos curados y añejos, o de fuentes vegetales como el queso de almendras.

Hoy día y debido a que las harinas convencionales con gluten, en especial la de trigo genera tantos problemas de salud para muchas personas, encontramos alimentos hechos a base de harinas especiales, por ejemplo harina de coco y harina de almendras que también son alimentos más saludables, exclusivos y gourmet. Se pueden encontrar hoy en día en tiendas naturistas y supermercados gran variedad de galletas, tortas, pastas y demás alimentos hechos con este tipo de harinas.

No podemos olvidar también que algunos restaurantes ofrecen comida gourmet, es decir preparaciones que incluyen algunos de estos ingredientes exclusivos y de alta calidad. Así pues, por ejemplo, restaurantes de comida italiana ofrecen pizzas o pastas con ingredientes tales como aceitunas, alcachofas, espárragos, rúgula y otros considerados gourmet, aunque la masa base de la pizza o el espagueti sean los comunes y corrientes. En algunos restaurantes ofrecen opción también a sus clientes de masas especiales sin gluten, añadiendo así más elementos gourmet a la preparación y haciéndolos más saludables. También en algunos lugares se pueden encontrar postres elaborados con ingredientes tales como miel, pistachos, chocolate negro o quesos de almendra para poner solo algunos ejemplos, y por ello pueden considerarse comida gourmet, exquisita y con frecuencia más saludable que la convencional.

Algunos alimentos fermentados podrían considerarse también gourmet, como por ejemplo el chucrut, hecho de repollo fermentado, el kéfir de agua o de leche, el te de komboucha, el kimchi de vegetales fermentados o el tempeh de soya. Estos son alimentos que contienen bacterias muy beneficiosas para la digestión y la salud general, son hechos artesanalmente y no suelen conseguirse en todas partes. En nuestra cultura moderna resulta indispensable añadirlos a la dieta, no solo como una exquisitez gourmet con su característico sabor fermentado sino como una manera de introducir los tan necesarios pero tan escasos probióticos en nuestro organismo, debido a que la mayoría de alimentos ha sido empaquetado, esterilizado y pasteurizado en procesos industriales y por tanto no contiene bacterias benéficas.

En el caso de las carnes animales, pescados y mariscos, aunque algunos de ellos se consideran gourmet generalmente, nosotros consideramos que no son saludables, éticos en su producción, ni aptos realmente para la alimentación humana. Esto ha sido ya tratado extensamente en otros artículos de esta página como por ejemplo la Dieta Natural Humana.

Por otra parte, con frecuencia se argumenta que los alimentos orgánicos, artesanales o gourmet por su costo no están al alcance de todo el mundo. Sin embargo, debemos pensar algo. Esta comida ha sido producida de manera sostenible y responsable, es nutritiva y deliciosa. A veces más es menos. No por que compremos más comida vamos a estar mejor alimentados. Por tanto, es importante pensar en el origen y calidad del producto que compramos. Más teniendo en cuenta que el alimento es el combustible de nuestro vehículo corporal, único e invaluable. Si solo le damos alimentos de baja calidad, producidos con prácticas industriales malsanas, ¿qué salud y beneficios obtendremos de ellos? ¡Ciertamente ninguno!

La industrialización del campo y de la alimentación en general no ha traído nada bueno para la humanidad ni para la Tierra. Por el contrario ha devastado la salud de la población general, los suelos y ecosistemas y es uno de los principales causantes de cambios climáticos, extinción de especies, trato cruel de los animales en granas industriales, amenaza de extinción de las abejas, polución ambiental y de los ríos, envenenamiento de suelos y ecosistemas entre muchos otros desastres. La industrialización ha conseguido reducir los costes de la comida pero a un altísimo costo en todos los demás campos para todos, excepto para los dueños de las industrias. Es por eso que siempre es mucho mejor comer y apoyar comida orgánica, artesanal y gourmet.

Ahora bien, no es necesario que todo lo que compremos en el supermercado, a domicilio o en restaurantes esté en esta gama gourmet, artesanal u orgánica. Hay alimentos convencionales producidos de manera limpia y hasta cierto punto responsable. Para ese efecto debemos mirar las etiquetas y conocer medianamente su origen. También debemos elegir bien dónde comprarlos.

De cualquier manera, podemos incluir y cambiar algunos de los productos habituales convencionales por productos artesanales o gourmet en la medida de nuestras posibilidades y necesidades. De esta manera contribuimos a nuestra salud, al bienestar del planeta y obtendremos sin duda un gran deleite para nuestros sentidos y paladar.

 

Fuentes de Consulta:

 

Enciclopedia Gourmet, libro de Jesús Llona Larrauri

Superfoods, libro de David Wolfe

El Secreto de las Zonas Azules,  libro de Dan Buettner

Vino para Dummies, libro de Mary Ewing-Mulligan y Ed McCarthy

 

 

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La Proteína, mitos y realidades

por ®Salud Ancestral

 

Empecemos este artículo formulando y respondiendo dos preguntas claves:

¿Son necesarias las proteínas en la dieta?

Sí.

¿Son necesarias las proteínas en elevadas cantidades en la dieta?

No.

Con estas contundentes afirmaciones comenzaremos la exposición del tema de las proteínas sobre el cual sin duda existen muchos mitos y desinformaciones que provienen con frecuencia del ámbito de algunos expertos, médicos y nutricionistas.

Las proteínas, constituidas de aminoácidos, son bloques constructores de las estructuras de la vida y por lo tanto esenciales, no se puede prescindir de ellas. Las proteínas proceden inicialmente del reino vegetal, ya que las plantas sintetizan todos los aminoácidos esenciales, los cuales muchos animales incluido el hombre no pueden sintetizar por sí mismos.

Pero aunque es cierto que las proteínas en la dieta son esenciales lo que es completamente falso es que el ser humano las deba consumir en los alimentos en muy altas proporciones, como un macronutriente. También es totalmente falso que las proteínas completas solo provienen del reino animal.

Esto se ve desvirtuado sin más al observar las dietas de los animales más fuertes y musculosos del mundo. Ninguno de ellos consume altas cantidades de proteína y tampoco consume proteínas provenientes de los animales, solo del reino vegetal. Estos animales únicamente consumen las proteínas presentes en pastos, hojas, vegetales y frutos. Tal es el caso del gorila, el caballo, el elefante y el toro.

Animales que consumen mucha más proteína como por ejemplo un lobo, un neto carnívoro que se alimenta principalmente de proteína animal, no destacan precisamente por su musculatura o fuerza. Y ciertamente un león, un animal más grande que un lobo y otro neto carnívoro no posee ni el tamaño ni la fuerza ni de un gorila ni de un toro, animales frugívoro y herbívoro respectivamente, que consumen muy poca proteína en sus dietas.

Hay que notar que todo el sistema digestivo de los carnívoros desde los dientes, la saliva, los ácidos que secreta el estómago y el tracto intestinal son completamente diferentes a los de los humanos. El animal carnívoro está preparado para cazar, desgarrar, morder y masticar la carne de otro animal y luego de eso sus ácidos estomacales están preparados para digerir y descomponer la proteína de la carne en aminoácidos rápida y fácilmente. Después de pasar por el estómago la carne llega a los intestinos del carnívoro los cuales son muy cortos y sin filamentos a diferencia de los del ser humano, para que los nutrientes sean asimilados y la carne pase por allí muy rápidamente y sea excretada antes de que se pudra. El hombre en cambio tiene un intestino muchas veces más largo y con filamentos internos para asimilar nutrientes correctamente de frutas y hojas, propio de un frugívoro neto. Vemos así como el ser humano no está preparado de ninguna manera para consumir y procesar proteína animal de manera natural, con la fisionomía que posee naturalmente. Hay pues que buscar otras fuentes más asimilables.

Por otra parte la proteína en el cuerpo humano no actúa de manera aislada. Si uno come una gran cantidad de proteína pero no consume suficientes grasas, enzimas, minerales o clorofila por ejemplo, entonces ésta tampoco podrá ser aprovechada, puesto que el cuerpo utiliza la proteína en una sinergia entre varias sustancias.

Incluso la dieta de la mayoría de personas hoy en día excede y en muchos casos duplica los requerimientos proteícos básicos recomendados por las autoridades de la salud, las cuales tampoco suelen ser fuentes de información muy confiables. Por tanto es posible que la mayoría de personas excedan varias veces la cantidad de proteína que necesitan al día, mientras que carecen de muchos otros nutrientes esenciales, vitaminas, clorofila, minerales, grasas saludables, enzimas y probióticos.

Sectores de la industria con intereses particulares, pero no en la salud de la población sino económicos, como el de los cárnicos, los lácteos y la soya han tratado de difundir la idea, con ayuda de estudios contratados y subsidiados frecuentemente por los gobiernos, de que necesitamos grandes cantidades de proteína diariamente, siendo esto completamente falso, sin base alguna en la fisiología y necesidades del ser humano.

Incluso la mayoría de dietas vegetarianas y veganas hoy en día no carecen de proteína, sino que incluso exceden los requerimientos oficiales. Sin embargo puede que en algunas de estas dietas sí estén ausentes algunos aminoácidos esenciales si no se toman superalimentos que los contengan o bien una mezcla de varios alimentos vegetales ricos en proteína. Si bien la proteína no se debe consumir en grandes cantidades sí deben estar presentes en la dieta todos los aminoácidos esenciales.

Por supuesto que los requerimientos de proteína varían de acuerdo a un organismo a otro. Algunas personas requieren mucha más proteína que otras en función de su actividad física y de su metabolismo. Pero en ningún caso la ingesta de proteínas debe sobrepasar la ingesta de clorofila o grasas saludables.

Mientras que la leche materna contiene apenas un 1% de proteínas contiene en cambio un 5% de grasas, y aun así un bebe crece más rápidamente que nunca después en su vida en sus primeros meses de vida en base exclusivamente a este alimento.

La proteína no debe ser considerada como un macronutriente, como suele serlo en las caducas teorías nutricionales del siglo XIX y XX. Los macronutientes que el cuerpo humano naturalmente necesita son los azúcares, la clorofila y las grasas, en proporciones más o menos iguales, dependiendo de cada cuerpo.

Las proteínas deben estar presentes diariamente en cantidades mucho menores a estos tres macronutrientes, junto con las vitaminas y los minerales. La razón es que el cuerpo no necesita ni puede aprovechar una cantidad muy grande de proteínas en razón a la fisiología natural frugívora del ser humano.

Comer demasiadas proteínas por un tiempo prolongado por otra parte puede generar graves problemas de salud, como daño renal y hepático entre otros. Esto es verdad en especial si se trata de proteínas de la carne, puesto que son de muy difícil digestión y absorción y por tanto sobrecargan estos órganos, acidifican en exceso el organismo y contienen ácido úrico, además de producir numerosos desechos metabólicos.

Ahora bien, los aminoácidos esenciales, los cuales no pueden ser producidos por el propio cuerpo y deben obtenerse a través de la dieta están todos presentes en el reino vegetal. Algunos alimentos incluso contienen todos los 8 en sí mismos, desmintiendo la teoría de que solamente en la carne encontramos proteínas completas. La espirulina es una fuente de aminoácidos completos, al igual que las semillas de chía y de cáñamo. La espirulina es gramo por gramo la fuente más alta del mundo de proteína completa y asimilable por el cuerpo, siendo hasta un 70% de su peso proteína, seguida por la semilla de cáñamo, con un 40%. En comparación la carne de vaca tiene apenas un 20% aproximado de su peso en proteína.

Además una combinación de hojas verdes, semillas y nueces nos proporciona todos los aminoácidos esenciales que necesitamos. La espinaca, la col rizada, las almendras, las nueces del Brasil para citar solo algunos ejemplos, son excelentes fuentes de proteínas vegetales.

Los cereales y las legumbres no son necesarios, puesto que contienen muchos antinutrientes y son de muy difícil digestión y asimilación. Se pueden comer a veces, claro, pero no deben ser la fuente principal de proteínas. Especialmente se debe evitar el trigo en todas sus formas, sea integral o no, el cual aparte de ser modificado genéticamente desde hace décadas, eleva el azúcar de la sangre más que prácticamente cualquier otro alimento conocido y es causa de múltiples dolencias.

La soya, tan publicitada por la industria por su alto contenido de proteínas, debe ser completamente evitada debido a que es modificada genéticamente, a su alto nivel de fitoestrógenos que alteran las hormonas y envejecen, a sus inhibidores enzimáticos que impiden su correcta digestión y al contenido de ácido fítico que se enlaza a los minerales y los expulsa del cuerpo causando problemas de desmineralización.

Las proteínas de la carne, aunque contienen más cantidad y variedad de aminoácidos deben ser descompuestas en sus aminoácidos básicos y son de muy difícil digestión y asimilación. Esto se une a la cantidad de desechos y toxinas que la carne animal genera en el organismo, por tanto haciéndola una fuente mucho menos que ideal de proteína y de otros nutrientes.

Las proteínas en la leche pueden ser aprovechadas correctamente por el cuerpo, desde que esta sea cruda, no pasteurizada, de una fuente orgánica, de animales libres que pasten. Especialmente los fermentados de leche como el kéfir son altamente asimilables por el cuerpo debido a su alto contenido de probióticos, enzimas y a que las bacterias han digerido gran parte del azúcar de la leche, la lactosa. La pasteurización de la leche desnaturaliza las proteínas haciéndolas poco asimilables, daña sus enzimas, vitaminas y minerales, además de destruir sus bacterias probióticas,  volviéndola tóxica. En cualquier caso la leche, aun cuando un alimento completo y denso en nutrientes tampoco es esencial puesto que no es natural para el ser humano, y en realidad tampoco es natural para ningún animal tomar leche una vez destetado.

Por tanto las mejores fuentes de proteína diaria son las semillas, nueces, hojas y algas. Entre los alimentos más recomendados como fuentes completas y altamente asimilables de proteína encontramos: la espirulina, las semillas de chia, semillas de calabaza, las semillas de cáñamo, semillas de ajonjolí, las almendras, las nueces del Brasil, los pistachos, las nueces de macadamia, las espinacas, la col rizada, las coles de Bruselas, los champiñones y setas. Igualmente algunas frutas aportan proteínas en moderada cantidad como por ejemplo el coco, el plátano, los dátiles y el aguacate, haciéndolas frutas ideales, además de por su valor proteico, por su gran aporte de grasas, vitaminas y minerales.

Dicho esto y expuesto nuestro punto de vista sobre las proteínas en la dieta, debemos concluir que sin duda hay mucho que revaluar de las tradicionales enseñanzas sobre nutrición provenientes de las fuentes oficiales, teniendo en cuenta la observación de la naturaleza y del propio cuerpo, cosa que ninguna autoridad o experto puede desmentir con ningún estudio o teoría. Lo evidente no puede ser ocultado para una mirada atenta y libre que se basa en la perfección de la naturaleza, la cual no puede ser imitada por las ideas y creaciones humanas. Los mitos construidos alrededor de la nutrición y la salud tarde o temprano caen, revelando los engaños propagados por la industria. Esta es una época en que todo lo oficial, lo viejo en el campo de la salud y la alimentación se está revaluando y la tendencia general es volver a lo natural, al origen, para bien de todos, para que recuperemos nuestra salud ancestral.

 

Fuentes de Consulta:

La Antidieta, libro de Harvey y Marylin Diamond

The Sunfood Diet Success System, libro de David Wolfe

Artículo sobre las proteínas del Comité de Médicos para una Medicina Responsable: http://www.pcrm.org/health/diets/spanishvsk/el-mito-de-las-protenas

Artículo sobre los mitos de los requerimientos de proteína del portal Omicrono: http://www.omicrono.com/2012/11/nutrimitos-3-mitos-sobre-las-proteinas-y-la-ganancia-de-musculo/

Recopilación de estudios científicos sobre los efectos nocivos de la soya: http://www.second-opinions.co.uk/soy-online-service/07abstract.htm

Entrevista a Mark Macafee sobre la diferencia entre la leche cruda y pasteurizada: https://www.youtube.com/watch?v=caRUC_sOasc

Articulo sobre las proteínas de la revista Vogue: http://www.vogue.mx/belleza/bienestar/articulos/cuanta-proteina-consumir-al-dia/6155

 

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