Las Grasas y los Aceites en la Dieta

por ®Salud Ancestral

Por lo general no se suele prestar mucha atención a las grasas en la dieta, salvo en casos de sobrepeso, pero este podría ser uno de los puntos más cruciales para la salud, contrario a la creencia popular.

Muchos creen, guiados por cierta propaganda nutricional, que deben evitar el consumo de grasas en su dieta para mantener una buena salud y un peso ideal. ¡Pero esto puede no ser cierto, o al menos no del todo cierto!

Ahora, si bien una dieta rica en grasas es necesaria para una buena salud, ya que el cuerpo las necesita para numerosos procesos metabólicos, el tipo de grasas determina si son benéficas o nocivas. Los aceites refinados que más se usan en la cocina y en los alimentos procesados, los aceites industriales comerciales modernos, son altamente nocivos para la salud, puesto que se trata de grasas polinsaturadas químicamente procesadas y algunas hidrogenadas.

Contrario a lo que se ha creído y dicho durante los últimos años acerca de las grasas saturadas,  la evidencia prueba que por el contrario son los aceites polinsaturados industriales refinados, por ejemplo los del aceite de soya o canola o la margarina, los que son altamente insalubres. Estos aceites se vuelven muy rápidamente rancios, se almacenan en las arterias generando enfermedades cardiovasculares, generan deficiencias de vitaminas en el cuerpo y numerosas anomalías en la salud. Si además se les somete a altas temperaturas, para freír por ejemplo, el aceite entonces se degrada al oxidarse y se vuelve altamente tóxico.

En todas las poblaciones donde se han cambiado las grasas saturadas tradicionales de la dieta por las modernas refinadas polinsaturadas se pueden observar consecuentemente grandes estragos en la dentadura y la salud general. Esto fue ampliamente estudiado por el Dr. Weston Price quien en la década de 1930 viajó y estudió numerosas culturas y tribus ancestrales para examinar sus dentaduras y salud general y pudo llegar a conclusiones categóricas sobre la falta de grasas en la dieta o bien la modificación en la ingesta de las grasas ancestrales y sus nefastas consecuencias en la salud.

Se ha tratado desde hace décadas de demonizar a las grasas saturadas como las causantes de las enfermedades modernas y la epidemia de obesidad, pero este puede no ser el caso. O al menos no totalmente, puesto que el consumo de harinas para no ir más lejos, es incluso mucho más nocivo que el consumo de grasas del tipo nocivo y causa aun más problemas de salud y obesidad. Igualmente. el alto consumo de alimentos químicos, refinados, procesados así como azúcares industriales de baja calidad pueden encontrarse en la raíz misma de la obesidad y la enfermedad de las poblaciones modernas. Como resultado, la mayoría de las dietas hoy en día son o muy bajas en grasas benéficas, no cumpliendo las necesidades básicas del cuerpo para conservar una buena salud, o ricas en grasas pero del tipo nocivo en forma de comidas fritas, chatarra y margarinas.

Una de las principales razones de la excelente salud oral y general de la mayoría de poblaciones tradicionales primitivas en comparación con la pésima salud de la población moderna, con un altísimo índice de deterioro dental y enfermedades degenerativas, se encuentra justamente en la proporción de grasas naturales que comían ellos, respecto a la que usualmente comemos hoy en día.

Por supuesto que no todas las fuentes de grasas polinsaturadas son nocivas ni mucho menos, sino que lo son especialmente las que se encuentran en aceites procesados y margarinas. En general algunos alimentos que contienen grasas saturadas o monosaturadas benéficas también contienen grasas polinsaturadas. Solo que en estado crudo, natural y beneficioso, no como nuestros aceites vegetales modernos. Grasas polinsaturadas como el Omega 3 y Omega 6 son de hecho necesarias para el cuerpo humano. Las semillas de chía son una de las mejores fuentes disponibles de Omega 3.

El consumo en porciones generosas diarias de grasas benéficas por tanto no es un suplemento a la dieta sino una necesidad básica y crucial para la salud y la supervivencia de los sistemas corporales.

Fuentes vegetales de grasas de alta calidad necesarios para el cuerpo son el aguacate, el coco, las aceitunas, las nueces de macadamia y del Brasil, los aceites prensados en frío de coco, oliva y ajonjolí.

Así como el motor de un automóvil al cual le falta aceite o se le provee con aceite de baja calidad se daña en poco tiempo, de la misma manera los órganos del cuerpo humano a los que no se les provee suficientes grasas o bien se les proveen grasas de baja calidad se enferman y decaen. El consumo de grasas y aceites de alta calidad en abundancia diariamente es esencial para el mantenimiento de la salud, vitalidad y funcionamiento óptimo del cuerpo humano entero. Son necesarios 3 macronutrientes para el cuerpo: grasa, clorofila y azúcar.

Es decir lo verdaderamente necesario en la dieta natural humana son alimentos como: coco, aguacate, nueces, aceitunas y aceites prensados en frío, vegetales de hoja verde, algas y fruta dulces así como algunas otras frutas ácidas o neutras. La proteína es necesaria solo en bajas dosis, apenas un 1% del total de la dieta y se encuentra sobradamente en los anteriores alimentos, así como un espectro completo de minerales, vitaminas, bacterias probióticas y enzimas digestivas, que igualmente se encuentran en los alimentos mencionados en estado natural inalterado en las proporciones adecuadas para el ser humano. Y por supuesto agua, principalmente la que se encuentra en alimentos vivos, frutas y verduras crudas, así como agua de coco que provee un agua de muy alta calidad con abundancia de electrolitos.

Que la proteína es un micronutriente, necesario en bajas dosis lo prueba de manera contundente la naturaleza misma de dos maneras: primero, la composición de la leche materna es solamente del 1% proteínas,  mientras que el 4 al 5 % son grasas, y aun así permite a un bebé triplicar su peso en unos pocos meses. De estas grasas el 50% aproximadamente son grasas saturadas, mostrándonos aun de manera más clara que este tipo de grasas no solo no son malas como se nos ha hecho creer, sino que además son esenciales para la salud. El tipo de grasas encontrada en la leche materna es principalmente ácidos grasos de cadena media, los mismos encontrados en el coco. Las grasas en la leche materna aportan casi la mitad de las calorías contenidas en ésta además.

Esto desmiente la teoría de que aminoácidos en altas dosis construyen tejidos y masa muscular, y en realidad ese es un proceso fisiológico mucho más complejo en el cual aunque participan aminoácidos como materiales básicos de construcción, en pequeñas cantidades, lo hacen en combinación sinérgica con minerales, vitaminas, grasas, clorofila y azúcares.

Y segundo, los animales más fuertes del mundo como el toro, el caballo y el elefante, los cuales poseen enormes masas musculares, comen principalmente pasto y hierbas que no son fuentes altas de proteína, ni mucho menos, sino de minerales, vitaminas, y clorofila. Sin ir más lejos los animales que tienen aparatos digestivos idénticos al ser humano son los simios, que son frugívoros, y aun así un gorila triplica el peso de cualquier ser humano adulto y también tiene una masa muscular y una fuerza que ningún ser humano podrá jamás alcanzar. En su dieta apenas si hay proteínas, pues consiste principalmente de frutas y hojas.

Es altamente improbable que una persona hoy en día tenga deficiencia de proteínas. Al contrario, lo frecuente es que haya un exceso de ellas y por tanto el hígado y el riñón se encuentren sobrecargados, con todas las consecuencias nefastas para la salud que ello conlleva. En cambio sí es muy probable que haya una deficiencia aguda de grasas saludables, clorofila, minerales y vitaminas en la dieta.

La teoría de las proteínas como macronutrientes carece de una sólida base científica y no concuerda tampoco con lo que nos muestra la naturaleza misma. Se podría decir que es más bien un dogma instaurado en el siglo XX por intereses políticos y económicos que buscaron favorecer la industria de la ganadería, y recientemente la industria de los granos, en especial la soya, subsidiados por el Departamente de Agricultura de los Estados Unidos.

Por otra parte la clorofila es idéntica a la hemoglobina (a excepción de un solo mineral, el hierro) que constituye casi la mitad de la sangre que corre por las venas del cuerpo humano, y por tanto provee oxígeno y material de construcción para las células. Todos los animales frugívoros comen abundancia de clorofila en sus dietas y es en base a ella, a las grasas, minerales y vitaminas y no a una gran cantidad de proteína en la dieta como construyen naturalmente una gran masa muscular.

Los azúcares naturales o carbohidratos simples proveen el combustible de corto plazo para los requerimientos diarios momentáneos del cuerpo de una persona, y esos se encuentran básicamente en las frutas. Los carbohidratos complejos tales como cereales, granos, harinas, son innecesarios y no son naturales, ya que para que el hombre los pueda comer debe cocinarlos y procesarlos. Son de difícil digestión y se encuentran a la cabeza como responsables de los problemas de salud y obesidad ocasionados por los picos de azúcar en la sangre que genera su consumo.

Con esta información podemos revaluar la caduca pirámide nutricional del siglo XX, que nada tiene que ver con los requerimientos verdaderos naturales del hombre, en favor de un círculo armonioso dividido equitativamente en tres macronutrientes esenciales, grasas, clorofila y azúcares, y completado con aminoácidos, vitaminas, minerales y enzimas, basado en la observación de la fisionomía humana natural y su lugar dentro del entorno del ecosistema.

 

Fuentes de consulta:

– La Antidieta, libro de Harvey y Marylin Diamond
-Vida Sana, libro de Harvey y Marylin Diamond
-Superfoods, libro de David Wolfe
– The Sunfood Diet Success System, libro de David Wolfe
– The Sunfood Diet Success System, libro de David Wolfe
– La Gran Mentira de la Nutrición, libro de Carlos Abehsera
-Coconut Research Center, portal de investigación ciéntífico y médico, http://www.coconutresearchcenter.org
-Discovery DSalud, Portal médico y nutricional, http://www.dsalud.com

 

 

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15 comentarios en “Las Grasas y los Aceites en la Dieta

  1. ERICA LORENA LIBREROS

    LO FELICITO: por este articulo tan importante que nos enseña a tener en cuenta como seleccionar los productos y las grasas .que Vamos a consumir para un mejor funcionamiento de nuestro CUERPO.

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  2. Lucy Bastidas

    Agradezco todos esos artículos que nos ayudan a contribuír a nuestra vida habitos saludables de alimentación Además de una manera sencilla y entendible hace que conozcamos mucho más a fondo temas que en algunos casos eran desconocidos sólo hasta ahora.

    Felicitaciones por sus artículos y esperamos que sean muchos más. GRACIAS.

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  3. Silvia

    Muy bueno y completo su artículo. Como Ud sabe yo estoy muy interesada en nutrición y por eso escogí Medicina nutricional como carrera. Es muy difícil encontrar tanta información tan impórtate en un solo artículo y este es muy completo !! Además de fuente de grasas saludables estos alimentos que Ud menciona son deliciosos!

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